HistoríaCuando la propiedad de un Estado se jugó en una mano de poker.La historia del poker está repleta de partidas históricas, espectaculares manos con ingentescantidades económicas o bienes materiales apostados. Una de las más famosas tuvo lugar enoctubre de 1889 en la sala Bowen’s Saloon de Santa Fe, Nuevo México. Las circunstancias queenvolvieron esta partida, hicieron que entrase por derecho propio en la historia del poker, ya quetuvo una de las apuestas más grandes y arriesgadas: El estado de Nuevo México.Los contendientes eran Ike Jackson, ranchero de la zona oeste de Norteamérica con un inmensopoder económico (más de 10.000 cabezas de ganado), y Johny Dougherty, histórico jugador depoker, gran apostador y toda una leyenda en la zona por su habilidad en las grandes partidas. Lapartida, ya antes de su inicio, había suscitado muchísima expectación; ambos contendientes eranexperimentados jugadores, los preparativos de la partida, la publicidad que se dio a esta y ellugar elegido para su disputa hacían que se pudiesen prever unas manos históricas. Más de 100personas se dieron cita en el salón, ávidos de emociones y apuestas arriesgadas, entre el públicoasistente se encontraba, incluso, el gobernador de Nuevo México, L. Bradford Prince.Tanto Jackson como Dougherty eran conscientes de que la partida se alargaría durante horas.La tensión era fácilmente palpable desde el comienzo de la partida. Poco a poco en lasmanos se fue aumentando la cuantía de las apuestas. Los botes ascendían a grandes sumas yse podía vaticinar el desenlace de la partida en cualquiera de las siguientes manos con unall-in de uno de los dos jugadores. El momento que parecía cumbre llegó cuando el pozoalcanzó la tremenda cifra de 100.000 dólares (1889). Momento en el cual se desataron lashostilidades. Jackson cogió un papel y escribió un documento en el que indicaba que en lasiguiente apuesta se jugaba su rancho, con las 10.000 cabezas de ganado incluidas.Dougherty se envalentonó con esta acción, cogió pluma, papel y redactó un texto que en esemomento sólo él pudo ver. Acto seguido abandonó su silla y se dirigió al lugar desde donde elgobernador de Nuevo México observaba la partida. Al llegar este, sacó su arma, apuntó aBradford en la sien, y dijo una de las frases más históricas del poker: “¡Firme esto, o aprietoel gatillo!", el gobernador no dudó ni un instante y firmó. Dougherty volvió a la mesa entre elsilencio que su acción había creado en la sala. Se sentó en su silla y lanzó con desdén elpapel encima del resto de la apuesta. Ese pequeño trozo de papel, convertido ya en historiaviva del poker, decía: “Subo tu apuesta, apostando todo el territorio del estado de NuevoMéxico”. Jackson, tras unos instantes de vacilación, optó por tirar las cartas.En la actualidad siguen existiendo partidas, muchas de ellas del famoso Texas Holdem que, a buen seguro, marcarán unantes y un después en la historia del poker, muchas serán públicas, pero habrá otras que el jugador vivirá, sólo, delante desu ordenador en alguna de las páginas que, como http://www.pokerlistings.es , te permite jugar partidas llenas de emocióny tensión.